martes, 1 de junio de 2010

El mapa que me llevará hasta la gloria

'... are you still looking for me?'

Una cara, cosa común. Dos caras, ya no es el mismo decir. No estaría correcto suponer que ambas caras de la moneda son exáctamente igulaes, porque, si así fuera, ¿qué sentido tendría el decir que tiene dos caras en vez de decir simplemente que puede ser observada de un lado y del otro? Y si dos seres humanos, distintos entre sí en esencia, tienen cada uno una cara, tampoco sería ideal suponer que ambas dos son iguales, porque, de otro modo, no habría razón alguna para que existieran ambos, es decir, podría simplemente reducirse a la existencia de un ser con determinadas facciones, redundar sería que hubieran dos con las mismas facciones determinantes de nuestra identidad como personas.

La 'cara' es como un mapa sinuoso de una vida pendulante, llena de depresiones, valles y montañas, marcados indicios de un porvenir prometedor. No obstante, hay muchas depresiones que han sido transformadas en cráteres, presentándose como los estigmas de un pasado que aún late en un presente escurridizo. Las palabras se hunden en tu boca, sin retorno, un camino de ida hacia un absorvente mar de arenas movedizas, distribuidas de tal manera que conforman la comisura que une a las mesetas del olvido, que son el límite con la jóven cordillera que nace al borde de un túpido bosque de duros y renuentes vellos marrón oscuro. Deslumbra en el medio del mapa una montaña tan alta e imponente que sólo los más atrevidos se han animado a escalarla. Empero, los que lo han hecho, dicen que la nieve que resplandece en su cumbre es la maravilla más hermosa que jamás han observado, que incluso dejaría perplejo al más grande artista...

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