jueves, 30 de julio de 2009

Facing everyday life

Mirando hacia atrás no veo más que miradas sin ojos, palabras sin boca, respiro sin narices… El ámbar de los jazmines llenaba la tarde de un peculiar ambiente, delicado y sofisticado. Todo estaba calmo, ni los pájaros cantaban ni el viento soplaba, todo estaba en un extraño, pero perfecto equilibrio. Al percatarme de ello, me asusté y pensé que nada era como antes… Nada…

Te busco y no te encuentro, te busco sólo para encontrar un vacío que no llenará mi celoso corazón, que no contentará mi efusiva alma… Caminando a mansalva, siento verte por doquier, pero no logro encontrarte. Te busco en las vidrieras, semejante belleza debería estar en exposición, aunque por alguna razón que desconozco no te he visto, en ningún lugar…

Vacilé, pero decidí ir a tu casa, pero no tuve el tupé de llamar, había tantas voces, tanta alegría, tanta felicidad que no quería irrumpir con mi pesadumbres, mi vacío… Llorando con desesperación corrí, corrí sin destino en mente, corrí a una libertad que nunca encontraría en mí, nunca encontraría aquí. Me sentía perseguida, observada y sobre todo, que alguien custodia mis pasos.

Desfallecía por tenerte a mi lado, por sentir tu calor rozando mi piel, tu voz, tus ojos… Pero hay veces que hay que ceder, que no todo en la vida es posible, que no todo en la vida es… como uno quiere. Y tal vez el extrañar no sea tan malo… Pero ahora, ¿si ese extrañar se vuelve algo matutino y monótono? No se puede prenteder el olvido, no se puede prenteder que el corazón PERDONE…

1 comentario:

  1. siiii, hermoso.
    no me salen mas comentarios, vos sabés lo que pineso.

    ResponderEliminar

strawberrys